jueves, 20 de noviembre de 2008

Entre dos Torres no gemelas

Es habitual utilizar el paralelismo entre deporte y empresa, cuando se trata de explicar determinados éxitos, fracasos, comportamientos, técnicas o situaciones.
Hace unos días, en el Palacio de Deportes Martín Carpena de Málaga, pude asistir a la presentación que Francisco Orellana, director de la empresa Internalia ( http://www.internalia.es/ ) hizo de uno de sus productos estrellas, el MobileCRM.
A lo atractivo del producto, se sumaba el lugar de celebración, que no era otro que el Palco número 12 del Palacio de Deportes Martín Carpena, sede habitual de los partidos del Unicaja Baloncesto.A la finalización, hemos tenido la oportunidad de compartir casi una hora con dos de las columnas que sostienen al equipo lider de la liga ACB ( su capitán Berni Rodríguez 1,97 y el pivot Germán Gabriel 2,07).Se trataba de hablar sobre las claves comunes del funcionamiento de un buen equipo deportivo y de un buen equipo empresarial, y qué duda cabe que los paralelismos son múltiples. Con frecuencia, desde el mundo de la empresa, intentamos buscar la solución a disfunciones organizativas, a faltas de compromiso con la Misión, a falta de entendimiento de los objetivos, etc a través de similitudes con los equipos más conocidos del futbol, del baloncesto, del ciclismo, entre otras disciplinas.Afortunadamente, la solución está al alcance de todos, y es por todos conocida, aunque no por ello menos facil de conseguir. No hay más secreto que la confianza mutua entre todos y cada uno (digo cada uno) de los miembros del equipo. Confianza, respeto y trabajo. Si este texto admitiera superíndices, diría trabajo al cubo, pero como no lo admite, remarcaré la palabra porque es fundamental: trabajo, trabajo y trabajo.Esa es la fórmula que diferencia, al menos a largo plazo, a los grandes equipos deportivos (y a las grandes organizaciones exitosas). Una conducta responsable y ética, dentro y fuera del campo, con uno mismo y con el resto de los miembros del equipo......................y antes de pasar al aperitivo con que nos agasajaron al terminar la sesión, se levantaron esas dos torres, no gemelas, que con esos dos metros de verticalidad hacían aún más grande la sencillez, la simpatía y la cercanía de su puesta en escena mientras compartían con este atento grupo de empresarios sus claves y sus secretos: confianza y trabajo.

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